El Coup de la glotte es la expresión que Manuel García utilizó en su Tratado completo del arte del canto para tratar de explicar cómo debe afrontarse el estudio del ataque del sonido cantado. Desde el principio fue un concepto que generó polémica, quizás debido a que se malinterpretó su significado, pero lo cierto es que resulta una herramienta muy útil para el desarrollo de una técnica sana y una emisión brillante y efectiva.
Aunque pueda resultar sorprendente, hasta que Manuel García publicó su tratado en 1847, ningún autor había afrontado previamente cómo debe realizarse el inicio del sonido. Fue García el que puso el foco en las cuerdas vocales y en su funcionamiento, el que marcó el camino para abordar el estudio del aparato fonador desde la fisiología, y el que inventó el primer laringoscopio para poder observar el funcionamiento de sus propias cuerdas.
García consideró que el cierre de la glotis, es decir, la firme unión de los pliegues vocales previa a la fonación, era la base para una sana y correcta emisión del sonido. Para ejercitar ese cierre, él propuso el ejercicio que dio en llamar golpe de glotis, y que ha sido seguramente malinterpretado hasta nuestros días. En 1954, Franklyn Kelsey escribió, «si Manuel García hubiese tenido la idea de llamar al coupe de la glotte la caresse de la glotte, se hubiera evitado gran cantidad de la polémica que se generó».
Y es que, aunque García explicó cómo debía realizarse el ejercicio para no resultar peligroso, algo que trató de aclarar durante el resto de su larga vida, el rechazo al término parece no tener fin.
El golpe de glotis consiste en cerrar los pliegues vocales para después liberar el aire con el sonido, como haríamos con los labios si retuviesemos aire antes de soplar y después lo liberásemos con una «p» muy suave. Para que el cierre se produzca y el aire quede retenido, basta con efectuar el mecanismo de la tos sin llegar a producirla. En ese momento notaremos cómo los pliegues vocales están unidos y cómo se produce un reflejo expansivo a la altura del abdomen de los músculos del aparato respiratorio, que debemos mantener durante la fonación.
¿Cómo puede resultar peligroso este ejercicio? Obviamente, si liberamos esa energía con violencia. Por el contrario, si lo hacemos correctamente resulta un ejercicio perfecto para localizar dónde se encuentra nuestro auténtico instrumento, nuestras cuerdas vocales.
Hasta qué punto es útil el golpe de glotis lo podemos escuchar en el siguiente vídeo, cuando el bajo Matti Salminen emite la primera «i» del aria «In diesen heil´gen Hallen» de Die Zauberflöte de Mozart. Se puede apreciar perfectamente como la vocal surge tras una breve retención en las cuerdas, y la voz permanece «anclada» en la glotis, ofreciendo todo su timbre y redondez. Es algo que podemos escuchar muy frecuentemente en este cantante, que lleva ya más de 30 años en activo, y al que el golpe de glotis no parece haberle estropeado su voz.