Dentro de los numerosos tecnicismos que tenemos que descifrar durante el aprendizaje del canto, uno de los más recurridos y más abstractos es el de cantar sul fiato. Si realizamos una busqueda en internet podremos ver diversas interpretaciones y explicaciones que nos van a llevar a confusión, cuando además la importancia del tecnicismo es relativa, pues no es más que otra manera de hacer referencia al apoyo.
El Coup de la glotte es la expresión que Manuel García utilizó en su Tratado completo del arte del canto para tratar de explicar cómo debe afrontarse el estudio del ataque del sonido cantado. Desde el principio fue un concepto que generó polémica, quizás debido a que se malinterpretó su significado, pero lo cierto es que resulta una herramienta muy útil para el desarrollo de una técnica sana y una emisión brillante y efectiva.
Parece ser que fue Giambattista Mancini quien, en su tratado Pensieri e riflessioni pratiche sopra il canto figurato (1774), acuñó el término chiaroscuro para definir la cualidad que la voz cultivada debe poseer. Lo que Mancini quería decir era que la voz debe poseer un timbre brillante a la par que una resonancia redonda u oscura. Vamos a tratar de aclarar qué quiere exactamente esto decir.
Para empezar el año 2015 voy a dedicar esta primera entrada de enero a presentar a unos cuantos cantantes que, saliéndose de los habituales cánones de las clasificaciones vocales, pueden ser considerados como prodigios, rarezas o, simplemente, freaks. Algunos de ellos en posesión del «prestigioso» Récord Guiness por su extraordinaria extensión o tesitura.
La respiración es el elemento más importante del canto. El viejo adagio italiano «chi respira bene canta bene» es asumido sin discusión por todos aquellos profesionales dedicados al arte del canto. Sin embargo, lo que ha generado no poca controversia a lo largo del tiempo ha sido la primera parte de la proposición; es decir, ¿qué significa respirar bien?
La posición de la laringe determina la calidad del canto así como la cualidad del sonido. Ésta debe estar baja, en una posición libre y relajada, ya que no permanecerá quieta durante la emisión. Una laringe baja se percibe fácilmente con el simple ejercicio de aspirar el aire por la nariz como si estuviéramos tratando de olfatear una flor que se encontrase a unos tres metros de distancia. Otros prefieren pensar en el inicio de un bostezo, en un amago de arcada, o en una risa a carcajadas. Cualquier ejemplo vale, pero lo más importante es mantener después esa posición, sin fijarla demasiado baja con los músculos del cuello. leer más
Para una correcta emisión de las consonantes en la voz cantada, que es aquella que permite la perfecta inteligibilidad del texto, sin por ello interrumpir el legato ni reducir la resonancia de la misma, es muy importante tener en cuenta los elementos que las forman y su correcta utilización.
Mientras que las vocales eran asunto de la laringe, la faringe, la lengua y los labios, en la formación de las consonantes hay que tener en cuenta a la lengua, la mandíbula, los labios y los músculos faciales que los controlan.
Todos los cantantes comenzamos nuestros estudios vocalizando. Cada una de las vocales cumple una función diferente en ese camino arduo que hay que recorrer para encontrar el perfecto equilibrio entre apoyo, laringe y resonadores. En mi opinión es muy importante lograr desarrollar perfectamente la resonancia en cada una de las vocales, ya que de esta forma conseguiremos una mayor naturalidad en la emisión y una mayor claridad en el texto. ¿Por qué razones?
No sé quién dijo que tan malo en esta vida es no leer libros como leer sólo uno. Es una cita muy apropiada para introducir el libro del que hablamos a continuación. Si hubiese que leer un solo libro sobre técnica vocal, ese sería The Four Voices of Man, de Jerome Hines.
Cuando algún estudiante me pide que le recomiende algún libro sobre canto, sobre técnica vocal, la respuesta no es fácil. A poco que uno lea dos o tres de ellos se encuentra con que se contradicen en no pocos aspectos. Esto es debido a que no hay una única manera de cantar. Un ejemplo perfecto de esto lo tenemos en el interesante libro Great Singers on Great Singing publicado en 1982 por el bajo norteamericano Jerome Hines.